En su camino musical de autodidacta hubo momentos cruciales que moldearon su propia forma de ensayar. En su mirada hacia el flamenco, la actitud, la técnica y la autenticidad tendrían que pasar por los vacíos y la sencillez (una sencillez que, al fin y al cabo, no es simple).
¿Qué entiendes cuando dices que es una cuestión de actitud?
Me refiero a la necesidad - que todos tenemos - de impactar, de sobresalir, de impresionar a alguien tocando, cuando lo único que tenemos que hacer es estar al servicio de lo que está ocurriendo en el escenario en ese momento.
Hace unos años tuviste un accidente con que se te rompió un brazo y tuviste que aprender a tocar desde el principio otra vez…
Al final fue algo que paradójicamente me terminó ayudando: cambió muchísimo mi manera de relacionarme con el instrumento. Empecé a trabajar cosas que antes descuidaba, dándole espacio para mejorarlas. Hay cosas que parecen simples…pero tocarlas bien es otro asunto.
Como el flamenco es un arte tradicional eso implica que todo el mundo hace lo mismo pero de forma diferente. Tú habrás escuchado 5000 veces la misma frase rítmica. ¿Estaba siempre bien hecha?
Aprendí un concepto “obvio” que al final resultó ser útil:
mejor trabajar lo fundamental de una manera avanzada que lo avanzado de manera superficial.
Y eso es lo que intento trasmitir a mis alumnos.
Entre el 2015 y el 2018 has tocado en muchas clases impartidas por Andrés Marín y otros profesores invitados en su escuela (Flamenco Abierto, en Sevilla).
Andrés Marín es un bailaor que admiro muchísimo.
Él me ha enseñado mejor que nadie lo que es la honestidad en el arte flamenco y la precisión. A la hora de tocar algo, tengo que preguntarme: ¿Cómo tiene que sonar esto? ¿Está sonando como yo quiero que suene o suena así más o menos?
Verdad, sus clases son impactantes en ese sentido.
A propósito de referentes, mencionaste también el Maestro Manolo Sanlúcar.
El cursillo que tomé con el Maestro Sanlúcar en el 2005 ha marcado un antes y un después en mi camino.
Él me enseñó a corregir la posición de las manos tocando delante de un espejo, una técnica que apliqué por meses hasta que fui capaz de quitar antiguos vicios.
Además, analizando la estructura y la armonía de algunas composiciones mías, hizo muchísimo hincapié en la necesidad de respetar la identidad de cada palo, en hacer que los tangos suenen a Sacromonte y que la taranta huela a levante.
Sé que es algo muy manido, pero el flamenco es un arte regionalista y esa es precisamente la riqueza que lo hace grande.
¡Gracias por haber participado, Raúl! 🙏🏽 🌻
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...y a sus actuaciones!
Raúl tocando una Taranta
Raúl Corredor Flamenco 5tet Alegrías con Adi Akiva en Propulse Festival 2014
Raúl Corredor con Karen Lugo